Nos atrevemos a decir que, “el mejoramiento de la calidad educativa”, depende en gran parte de la importancia que le demos a esta asignatura, de los enfoques y métodos que empleemos en la enseñanza de la misma y, sobre todo de la energía, entusiasmo y creatividad con la que desempeñemos esta tarea.
Se hace necesario pues, una reorientación en la enseñanza del idioma. Que no se fundamente, como en las últimas décadas, en un análisis estrictamente gramatical que, a la postre, a nadie le interesa y que se convierte, más que todo, en una taxonomía de unidades lingüísticas, cuya utilidad es prácticamente nula.