Aunque traer el pensamiento crítico al salón eventualmente requiere un desarrollo serio y a largo plazo, usted no necesita sufrir ni esclavizarse para hacer cambios importantes en su manera de enseñar. Hay muchas estrategias simples, directas pero eficaces, que puede implementar inmediatamente. A continuación el siguiente pdf ofrece una muestra de estas estrategias. Son eficaces y útiles, porque cada una es una manera de lograr que los estudiantes piensen activamente en lo que están tratando de aprender. Cada estrategia representa una transferencia de la responsabilidad por el aprendizaje del maestro al estudiante. Estas estrategias sugieren maneras de lograr que sus estudiantes, y no usted, pasen el trabajo de aprender.
La médula del enfoque del siguiente pdf es un concepto «realista» de lo que hace falta para que una persona aprenda algo. En un sentido, mucha instrucción no es realista: “Si lo digo claramente, ellos deben comprenderlo. Si dan la contestación correcta, lo saben y lo entienden. Si les enseño qué hacer, les pido que lo hagan, y repiten lo que hice, han aprendido la destreza y la usarán cuando la necesitan. Si les digo por qué algo es cierto o es importante y ellos asienten con las cabezas y lo repiten, quiere decir que entienden la verdad o la importancia de lo que dije.”
Esto no es necesariamente cierto. A menudo, el que los estudiantes no logren salir bien, no apliquen el material cubierto, no recuerden un semestre lo que aprendieron en el anterior, es resultado de unos conceptos erróneos de lo que requiere el aprendizaje, ilustrado en el párrafo anterior. Sobre todo, el aprendizaje requiere pensamiento, pensamiento crítico. Para aprender, uno se debe preguntar continuamente “¿Qué quiere decir esto realmente? ¿Cómo lo sabemos? Si es cierto, ¿qué más es cierto?” En la médula de nuestro enfoque está la convicción que, en el fondo, los que aprenden deben contestar estas preguntas por sí mismos para aprender, para conocer, para realmente comprender. Las contestaciones que usted provee no se asimilan completamente a menos que las mentes de los estudiantes estén listos para recibirlas.