Epistemología es una palabra que suena a difícil y erudita, culta, los que se dedican a esta actividad suelen pasar por intelectuales, estudiosos, “gente difícil de entender” sin embargo, Heinz von Foerster (1911-2002) un gran pensador contemporáneo, físico, pionero de la cibernética, teórico de la organización, epistemólogo, sostenía que «todos tenemos una epistemología pero no sabemos que la tenemos».
Epistemología es el nombre que se le da actualmente a la disciplina que se ocupa del conocimiento. Aunque a lo largo del tiempo y en diferentes lugares las preguntas han cambiado, algunos de los interrogantes más insistentes han sido: ¿Qué significa conocer? ¿Cuáles son sus límites? ¿Hasta dónde es posible confiar en lo que sabemos? ¿Cuales son las fuentes del conocimiento? ¿Quien conoce? ¿Cómo es el proceso de conocimiento? ¿Cómo se valida el saber? De un modo u otro, todo ser humano se ha encontrado con estas preguntas y en mayor o menor grado ha tenido que responderlas.
El camino del conocimiento no es una autopista que parte de la ignorancia para arribar al saber. Es un amplio jardín de senderos que se bifurcan en múltiples dimensiones generando un paisaje caleidoscópico en el que los saberes se enredan, entrecruzan, atraviesan, distinguen y confunden con las creencias, la sabiduría, la información, la comprensión, las explicaciones, la ciencia, las opiniones.