Los estándares de Competencia para el Pensamiento Crítico proveen un marco de referencia para evaluar las aptitudes de pensamiento crítico en los estudiantes. Permite a los administradores, profesores y a la facultad en todos sus niveles (desde primaria hasta educación superior) determinar qué tanto están razonando críticamente los estudiantes sobre un tema o una asignatura. Estos estándares incluyen mediciones de resultados que son útiles para la evaluación por parte de los profesores, para la autoevaluación, y para la documentación de acreditación. Estas competencias no solo proveen una continuidad en las expectativas de los alumnos, sino que pueden ser contextualizadas para cualquier materia o disciplina y para cualquier grado escolar. En síntesis, estos estándares incluyen indicadores para identificar hasta dónde los estudiantes emplean el pensamiento crítico como la herramienta principal para el aprendizaje.
Al interiorizar en las competencias, los estudiantes se convertirán en pensadores autodirigidos, autodisciplinados y en automonitores. Desarrollarán su capacidad para:
- Plantear preguntas y problemas esenciales (formulándolos de manera clara y precisa);
- Recopilar y evaluar información relevante (usando ideas abstractas para interpretarlas de manera efectiva y justa);
- Llegar a conclusiones y soluciones bien razonadas (comparándolas contra criterios y estándares relevantes);
- Pensar de manera abierta dentro de sistemas de pensamiento alternativo (reconociendo y evaluando, conforme sea necesario, sus suposiciones, implicaciones y consecuencias prácticas); y
- Comunicarse de manera efectiva con los demás al buscar soluciones para problemas complejos.
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Los estudiantes que internalizan estos estándares de competencia, llegarán a observar que el pensamiento crítico implica tanto habilidades en la comunicación efectiva y en la resolución de problemas, como un compromiso de superar las tendencias egocéntricas y sociocéntricas naturales de uno mismo.