Un trabajo académico es un discurso, por lo común escrito, concebido para transmitir conocimientos en el ámbito científico o universitario. En términos estrictos, supone la aplicación rigurosa de un método científicamente establecido y se asocia a largas tareas de investigación que son presentadas ante el tribunal evaluador de una institución o revista científica. En términos más generales, es la presentación que realiza un estudiante, tesista o investigador a fin de demostrar competencias en un área del conocimiento y de persuadir a un determinado receptor (docente, comité, jurado, entidad científica, etc.) de que cuenta con el entendimiento y la capacidad reflexiva suficientes dado el nivel académico en que se sitúa.
Entre otros trabajos de menor relevancia, se cuentan las monografías, los ensayos, las ponencias, los resúmenes y reseñas, los trabajos de integración final (TIF), las tesinas y las tesis, los planes de marketing, de negocio y de comunicación, las investigaciones por encuestas, los papers o artículos con y sin referato, y los proyectos e informes de investigación. Estos tipos discursivos se distinguen de los textos literarios o de ficción, pero a su vez de los políticos, jurídicos y periodísticos, pese a que estas formas tengan también lugar, en ciertas circunstancias, en la formación superior.
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Un trabajo académico, a diferencia de otros tipos de discursos, se ubica en una esfera específica de uso de la lengua, la científico-académica. Esto exige la adopción de un conjunto de reglas formales y temáticas precisas. En primer lugar, debe sostenerse sobre una estructura de exposición acorde a los modelos organizativos del género al que pertenece. Se gundo, sus ideas han de seguir un orden de presentación, no temporal, sino lógico: los conceptos anidados en secuencia deben constituir silogismos, esto es, construcciones compuestas por series de enunciados (premisas) que derivan en otras de mayor relevancia (conclusiones). Tercero, debe asumirse una actitud cognitiva especial respecto de los fenómenos observados, que se expresa en una mirada sintética, atemporal generalizadora. Cuarto, ha de aplicarse un modo de enunciación que indique un distanciamiento entre el narrador o enunciador (la entidad discursiva que habita en superficie textual) y el autor (la entidad material que escribe el texto). Quinto, las afirmación es, informaciones y garantías deben ser explícitas y estar sustentadas en argumentos sólidos o en la referencia a trabajos de especialistas en el tema, considerados como tales porque han logrado legitimar su voz dentro de la comunidad académica