[letter style=»round»]E[/letter]sta teoría se enunció a finales del siglo diecinueve, por Gabriel Tarde, en las leyes de la imitación. Y ha sido acreditad a su divulgación a Albert Bandura, quien es una de las grandes figuras de la psicología contemporánea. Sus obras, Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad, y Teorías del aprendizaje social, figuran entre las más citadas en el último cuarto del siglo pasado. Fue graduado como doctor honoris causa, por la Universidad de Salamanca, en el año de 1996.
Este concepto de la imitación, como una conducta instrumental aprendida, fue un importante avance, pero presenta algunos problemas. Al igual que las otras perspectivas históricas, esta teoría postula que las nuevas respuestas no se crean mediante la imitación, sino que la imitación representa el desempeño de conductas aprendidas. Esta postura no puede explicar el aprendizaje por medio de la imitación aplazada (es decir, cuando los imitadores realizan las mismas respuestas tiempo después de que el modelo las exhibió) o por medio de las conductas imitadas que no son reforzadas (Bandura y Walters, 1963). Este concepto tan restringido de la imitación sólo es útil en el caso de las respuestas que remedan con exactitud las que despliegan los modelos.
En el transcurso de la historia se ha considerado a la imitación como un medio importante de transmisión de comportamientos (Rosenthal y Zimmerman, 1978). Los antiguos griegos utilizaban el término mimesis para referirse al aprendizaje que ocurría a través de la observación de las acciones de los demás y de modelos abstractos que ejemplificaban estilos literarios y morales. Otros puntos de vista acerca de la imitación la relacionan con los instintos, el desarrollo, el condicionamiento y el comportamiento instrumental.
Para ver la imagen has clic Teoría de la imitación
Instinto. A principios del siglo xx, la perspectiva científica dominante era que las personas poseen un instinto natural para imitar las acciones de otros (James, 1890; Tarde, 1903). James creía que la imitación era la principal responsable de la socialización, aunque no explicó los procesos mediante los cuales ésta ocurría. McDougall (1926) restringió su definición de la imitación a la copia instintiva de las acciones de otros. Los conductistas rechazaron y terminaron por descartar el concepto de instinto porque asumía la existencia de un impulso interno y posiblemente de una imagen mental que intervenía entre el estímulo (la acción de otra persona) y la respuesta (copiar esa acción). Watson (1924) creía que las conductas consideradas “instintivas” eran producto principalmente del entrenamiento y, por lo tanto, eran aprendidas.
Desarrollo. Piaget (1962) ofreció una perspectiva diferente de la imitación. Creía que el desarrollo humano implicaba la adquisición de esquemas o estructuras cognoscitivas que subyacen y permiten pensamientos y acciones organizados (Flavell, 1985). Los pensamientos y las acciones no son sinónimos de los esquemas, sino manifestaciones abiertas de los mismos. Los esquemas de los que disponen los individuos determinan la manera en que reaccionan a los eventos. Los esquemas reflejan las experiencias previas y constituyen el propio conocimiento en un momento dado. Es probable que los esquemas se desarrollen a través de la maduración y de experiencias un poco
más avanzadas que las que se encuentran en las estructuras cognoscitivas.
Condicionamiento. Los teóricos del condicionamiento interpretan la imitación en términos de asociaciones. Según Humphrey (1921), la imitación es un tipo de respuesta circular en la que cada respuesta sirve como estímulo para la siguiente. Un bebé podría empezar a llorar (respuesta) porque siente dolor (estímulo). El bebé escucha su propio llanto (estímulo auditivo), que luego se convierte en un estímulo para el llanto subsecuente. Mediante el condicionamiento, pequeñas unidades reflejas forman.
Conducta instrumental. Miller y Dollard (1941) propusieron una elaborada teoría de la imitación o conducta de igualación dependiente, la cual plantea que la imitación es una conducta instrumental aprendida porque conduce al reforzamiento. La conducta de igualación dependiente es igual a (es la misma que) la del modelo y depende o es producida por la acción del modelo. Millery Dollard creían que al principio el imitador responde por ensayo y error a los indicios conductuales, pero con el tiempo emite la respuesta correcta y es reforzado. Las respuestas emitidas por los imitadores fueron aprendidas previamente. Este concepto de la imitación, como una conducta instrumental aprendida, fue un importante avance, pero presenta algunos problemas.
Aprendizaje por imitación
En el aprendizaje por observación o imitación se encuentra implicados cuatro procesos distintos.
Para ver la imagen has clic Teoría de la imitación
Cómo conseguir mejores resultados
Normalmente el alumno o alumna no imita cualquier tipo de conducta, sino la que considera más provechosa y eficaz y, sobre todo, aquel modelo con el que se siente más identificado. La imitación es selectiva, es decir, no imitamos cualquier conducta sin más, sino que aquellas acciones que nos resultan más atractivas o valoramos de forma positiva. Por este motivo, para que la enseñanza por imitación gane en efectividad es importante que el modelo a imitar, es decir, el maestro o profesor tenga las siguientes competencias y responda a un perfil parecido al siguiente:
Capacidad de proporcionar reforzamiento. Una de las características que hace que un modelo cuente con más posibilidades de ser imitado es que tenga suficiente capacidad para reforzar a los niños. Dicho de otro modo, los profesores que son capaces de lograr ese reforzamiento, muchas veces gracias a su mayor capacidad de ofrecer afecto y confianza, tienden a ser más imitados por los alumnos.
Mostrar autoridad. Está demostrado que los maestros capaces de imponerse, no por la fuerza sino con persuasión y asertividad, son más imitados por los niños, que los ven como un modelo robusto que les otorga seguridad y tranquilidad.
Similitud entre el modelo y el observador. Si es posible, conviene que la diferencia de edad entre el maestro y los chicos no sea muy grande, pues de esta forma es más probable que se cree una nexo que ayude a poner en práctica las actividades de imitación.
Inspirar sinceridad. A los niños autista les cuesta mucho coger confianza, y siempre se muestran más receptivos ante un modelo que les parezca sincero y confiable.
En los procesos de imitación en niños también son muy importantes las actividades seleccionadas. Estas deben ser adecuadas e individualizadas a la edad y características de cada niño. Algunas de las formas de imitación más usadas son: hacer figuras con plastilina, tomar comidas o alimentos, cuidar plantas o animales, realizar construcciones con cubos o piezas pequeñas, poner objetos dentro de una caja, peinarse o lavarse la cara.